
Una semana en nuestro colegio.
Luego de muchos meses, nos hemos vuelto a encontrar. Nuestro colegio se ha llenado de alegría y vida con la presencia de nuestros estudiantes. Sabemos que no podemos estar muy cerca unos con otros a causa del COVID-19, pero es posible compartir sin afectarnos.
Nos dimos una vuelta por el recreo, y quisimos compartir con ustedes un día cualquiera en nuestro colegio. Poco a poco, volveremos a la normalidad…
En diferentes actividades
Muchos de nuestros antilhuinos comparten y conversan en sus recreos. Una experiencia que no han vivido durante casi un año, y que es fundamental para la salud emocional de cada uno de ellos. Siempre con sus mascarillas y manteniendo la distancia social.
- Aprovechando de tomar sol mientras comen la colación
- Bajo los aros de basketball
- Disfrutando el último año
Otros estudiantes, en cambio, prefieren jugar. No es fácil cuando hay distanciamiento social, pero hay que ingeniárselas. Muchos de sus juegos permiten mantener distancia y evitar contacto físico. De fondo, un profesor vigila el comportamiento de los muchachos.

Saltando la cuerda
Sin duda, algo que trajo mucha alegría a este ambiente fue la música. Ahí, en medio del recreo, un «misterioso» estudiante deleitó a su audiencia un par de minutos con su acordeón.
Esto ha sido una pequeña muestra de lo que es nuestra «actualidad» en el colegio. Se percibe mucha alegría tras estar más de un año separados por la pandemia.
No obstante, debemos tener cuidado con todas las medidas dadas por nuestras autoridades. Estas serán esenciales para que pronto podamos recobrar la normalidad, y también mantener este formato semipresencial.
Agradecemos al equipo directivo por su preocupación y cuidado en esta etapa, estableciendo y reforzando los protocolos. Agradecemos también a nuestros profesores, quienes en cada recreo cuidan que los estudiantes cumplan con las reglas establecidas.