Educación Positiva

Educación Positiva

la esencia de nuestro Antilhue...

Cuando preguntamos a nuestros apoderados qué es lo que quieren para sus hijos, hay una respuesta invariante: que sean felices; y es lo que nosotros como educadores queremos.

Desde hace ya algunos años se han venido desarrollando avances de la mano de las ciencias que buscan descifrar a la felicidad como fenómeno humano, revisando los factores que influyen en ésta, los estilos de pensamiento que la favorecen, etc.

 

¿Por qué la escuela debe trabajar por la felicidad de los estudiantes?

Desde la neurociencia se señala la importancia de contar con ambientes aptos para el aprendizaje, a éstos los llamó ”ambientes resonantes” o cerebro compatibles, para referirse a una sala libre de estrés, en la que los estudiantes se sientan acogidos y considerados en cuanto a personas, en resumen, una sala feliz.

Junto con lo anterior,  considerando el tiempo que los estudiantes pasan en la escuela y la configuración de ésta como principal referente de interacciones con pares nos hace sentir la responsabilidad de entregar más que el curriculum, habilidades para una vida plena.

Como institución definimos la felicidad como el funcionamiento pleno de las personas y sus capacidades, relacionándose de manera sana y cooperativa, en armonía con el medio.

Desde lo escolar, la entrega de herramientas que permitan a los estudiantes identificar y gestionar sus emociones, desarrollar un estilo preferente de pensamiento más optimista, identificar y utilizar sus fortalezas, realizar actividades que incrementen su bienestar y promuevan las emociones positivas, etcétera.

Desde casi 10 años nos encontramos implementando y estando a la vanguardia de una educación basada en los hallazgos de la psicología positiva y las neurociencias.